“ADQUIERE COLECCIONISTA RIOJANO HISTÓRICA GUITARRA DE OLAZÁBAL”
El título en la página del matutino de la capital La Rioja llamó
la atención de Adhemar Bengoechea, rematador y coleccionista de la
pequeña ciudad entrerriana de Federal.
- Estela, mirá la foto, estoy seguro, más que seguro que hace pocos
días vendí una guitarra igualita a esta, sin la cinta roja ni la
firma de Octavio Olazábal, pero idéntica.-
- Ajá-
- En serio, te lo juro, yo no te puedo creer que haya vendido la
guitarra de Olazábal, que la tuve como un mes y medio en el remate y
no me di cuenta. Pensé que era una guitarra cualquiera, si me la
trajo el “Ruso” Perdomo, estaba toda desvencijada y se fue en 150
pesos.
- Ajá-
- Pero no te das cuenta, acá dice que la acaba de comprar un tipo en
La Rioja a 50.000 dólares.
Bengoechea se fue a la biblioteca a buscar en los diarios de los años
50 y 60 fotos de las veces cuando el aún joven Olazábal llegó a la
ciudad para la primeras ediciones del viejo Festival del Chamamé.
Por supuesto que los documentos estaban muy borrosos y no permitían
apreciar con mucho detalle la guitarra, lo único que se distinguía
era la cinta de tono oscuro, probablemente punzó.
Bengoechea rastreó y encontró al coleccionista riojano. Cuando se
comunicó al teléfono se sorprendió.
-Si, soy yo. No me diga nada, a usted también lo embaucaron…-
- No, no, ¿por qué lo dice?
- Es que desde que salió ese artículo en el diario ya van 8
personas que se comunican conmigo. A cada una de ellas les vendieron
la misma histórica guitarra de Olazábal.
- No puede ser, pero usted la tiene, yo ví la foto.
- Todos tenemos una guitarra. Yo hice certificar la firma de Olazábal
por un perito antes de hacer el giro. La rúbrica es auténtica. Las
9 lo son.
- ¿Quién se la vendió? ¿Cómo era?
- A decir verdad no tengo idea, hicimos el negocio por whatsapp,
desde un número de teléfono que no da tono de llamada. La guitarra
me llegó por correo postal y en la agencia de Buenos Aires donde se
mandó no recuerdan la cara de quien hizo el envío, con un nombre
falso, según la Policía.
En los días siguientes continuaron apareciendo nuevas guitarras
históricas de Olazábal: en Salta, en el Chaco, en Jujuy, en San
Luis, en Mendoza, en Santa Cruz, en Paraná, en Rosario. Ya había
una en cada provincia, excepto Misiones y Tierra del Fuego.
A Bengoechea se le ocurrió que quizás si el colega riojano fuera a
una de las provincias que faltaban y él a la otra, pudieran poner
al descubierto a quien está detrás de la maniobra, pero el otro
decidió que ya no perdería más dinero en el asunto, así que
siguió solo. Durante los dos meses siguientes no aparecieron nuevas
guitarras. A pesar que en un principio el asunto no le había
despertado el más mínimo interés, fue la propia esposa de
Begoechea quien le sugirió una forma de llegar hasta el timador.
- ¿Y por qué no hablás con el mismo Olazábal?
- ¿Cómo? ¿Ese hombre está vivo?
- Claro que si, tiene como 90 años, vive en Mburucuyá, Corrientes,
son como 450 kilómetros de acá.
- ¿Y vos cómo sabés todo eso?
- Porque hace poco tiempo lo entrevistaron en Argentinísima
satelital.
- Por lo menos es más cerca que Tierra del Fuego- suspiró
La vivienda de Olazábal era poco más que una choza. El anciano
folclorista, que recibió al visitante ofreciéndole un mate, luego
de escuchar con atención el relato de Bengoechea el músico recordó
la visita de aquel hombre con acento uruguayo, que se mostró tan
interesado y que al despedirse le pidió que le autografiara algunas
guitarras para regalar entre sus familiares.
Conversaron durante largas horas sobre la cultura latinoamericana, la
pérdida de valores en la sociedad, la necesidad de volver a la
raíces, de qué hubiera sido de aquella tierra si hubiese triunfado
el modelo artiguista y lo nefasto del centralismo porteño.
Antes de retirarse Bengoechea recibió de manos de un conmovido
Olazábal la auténtica antigua guitarra histórica que paseó por el
continente de festival en festival, con su rúbrica y el
característico lazo color rojo punzó.