El final está cerca

Hola. Debo confesarte algo: estoy asustado. Al principio pensé que temía por mí, por mi futuro, por mi actividad profesional, pero no, hoy vi el futuro y es escandalosamente oscuro, inevitablemente negro.

En este punto debo confesarte otra cosa, el título de esta nota era “El reset está cerca”, es parecido pero no es lo mismo, es como una mirada más optimista, aunque no del todo, por supuesto, porque ese “reset” supone borrar y empezar de nuevo, pero bueno, ta, es lo que hay.

Voy a empezar a concretar un poco antes que te vayas, porque ya noto en tu mirada que estás empezando a extrañar el Facebook. Quedate un rato más, vale la pena, no van a ser más de 4 minutos. Te lo juro.

Si hubiese puesto “reset” en el título capaz que no estabas acá. Puse “final” y un video un poco creepy subido directamente a Facebook precisamente para captar tu atención. Quizás un poco con la esperanza que Julian Gallo no estuviera en lo cierto y vos no eligieras los posteos a los que entrás en el face basad@ en tus instintos más básicos. Es decir, que lo que buscamos no es sangre, sexo, drogas y rocanrol, bueno lo de dogas y rocanrol lo agregué un poco traído de los pelos, pero no está mal del todo.

Este buen hombre, que tuvo que ver con la campaña que llevó a Macri al gobierno en Argentina (¡ojo que no está nada mal como tarjeta de presentación, eh!) sostiene que estamos todos en una permanente disputa por captar la atención de los demás. Estamos todos en una guerra sin cuartel por atraer tu atención, que es -desde nuestro punto de vista- tu bien más preciado, porque permitime que te advierta que estos 3 minutos y medio que te faltan para terminar de leer esta nota no te los voy a devolver, ni yo ni nadie. Igual te conviene seguir leyendo, así aprendés (perdón por la soberbia de pensar que estoy en condiciones de enseñarte) a economizar el resto de los minutos que te quedan.

A esta nota la encontraste en Facebook, seguro, estamos todos leyendo de ahí, estamos todo el día, completo volviendo a Facebook, una y otra vez, esperando que nos alimenten con algo nuevo, con algo que nos conmueva.

¡¡¡DAME EMOCIÓN, PLIS!!!

Dame un tornado, bien, ¿qué más? Se murió gente. ¡Mejor! Mirá que está la mitad de la ciudad sin techo. ¡Que grande, mirá como están leyendo! ¿Qué más tenés? Ahora tengo unos datos sobre lo que va a costar... uhhhhh aburrido, mirá como se van, se van... ¡TRAEME OTRO TORNADO! Pero no hubo. No importa, buscate uno viejo, dale, dale, que los perdemos. ¡Encontré un video del tornado! ¡Inyectámelo ya! ¿Se muere gente? No. Bueno, ta, igual. ¿Hubo otro tornado? No ¿Y ahora? Tampoco, pero están creciendo los ríos... ¡Siii, ponelo, ponelo, mirá como están leyendo! ¡Y comentan, y comparten! ¡Explota! Murieron cinco pibes en Argentina por una droga. Seguí buscando tornados. Presentaron la denuncia de Ancap. Tornado, focalizate en el tornado, mijo.

Me quedan dos minutos y quiero que te quede claro que me parece una mierda esa vorágine de andarte mostrando tragedias enganchadas, de estar permanentemente tratando de conmoverte para monetizar tu atención. Llamame nostálgico, pero hace un rato leí en la última Túnel una excelente nota de Rómulo Martínez Chenlo al maestro Tabárez; y la leí despacito, de puro rebelde, y la gocé, no se si porque estaba bien escrita -que estaba-, si porque era Tabárez, que con 10 años de permanencia en al frente de la selección Uruguaya es un símbolo de todo lo que estos tiempos no son.
Capaz que hoy andamos medio perdidos, encandilados por los espejitos de colores y las luces LED de las pantallas nos engatusaron, pero creo que va a llegar un momento en el que nos vamos a avivar que esto es como lo del mago, que mientras nos distrae la atención hacia acá, por allá nos está haciendo el truco.
Y sabés qué, ya no te distraigo más, el minuto que queda usalo como te parezca.